sábado, 9 de marzo de 2013

Sarabanda, suite en Re menor - Georg Friedrich Haendel

La familia del compositor alemán Georg Friedrich Haendel (1685 - 1759) no contaba con ninguna tradición musical. Es más, su padre se ganaba la vida cortando el pelo y arreglando barbas, oficio que combinaba hábilmente con la práctica de la cirugía, cuando, según las costumbres de la época, era requerida su ciencia.
Sin embargo, ello no impidió al barbero-cirujano observar tempranamente las manifestaciones del talento de su hijo, quien, a los 17 años, se convirtió en el organista de Halle, su ciudad natal, luego que el organista Zachow le transmitiera todo lo que sabía en las únicas clases a las que asistió en su vida.

Contrariamente a la conducta habitual de la época, George Friedrich Haendel no fue un músico que dependiera económicamente de un príncipe o de una alta jerarquía eclesiástica. Por el contrario, a lo largo de su existencia mantuvo un completo dominio sobre su quehacer artístico, organizando sus propias actividades musicales. Fue un emprendedor del siglo XVIII, un empresario de la música, si bien nunca rechazó el apoyo --con mesadas que a veces hubo que negociar-- de los monarcas que frecuentó. Después de hacerse un nombre en Roma, Nápoles y Hannover, viajó a Inglaterra, donde se radicó, participando en tres sociedades musicales, ora como director musical, o accionista, o derechamente como único socio y director, dedicado a la composición y representación de óperas y oratorios, destacándose entre estos últimos, El Mesías, su obra maestra.
Cosechó éxitos y fracasos, más de los últimos que de los primeros, y aún así, forjó una vida de provechoso buen pasar, al punto que Bach intentó conocerlo, varias veces, para que le contara cómo se hacía.

George Friedrich no se casó nunca, aunque tuvo la oportunidad de hacerlo cuando tenía 18 años. El anciano Buxtehude dejaba su cargo de organista en Hamburgo y decidió que su sucesor debía también hacerse cargo de su hija, ya harto mayorcita, desposándola. Haendel rechazó el ofrecimiento.
Sus últimos años los vivió ciego, al igual que Bach. Ambos fueron atendidos por eminencias médicas inglesas. Al parecer, faltaba algún tiempo para que los barberos-cirujanos dominaran el capítulo del ojo.


El clavicembalo, también llamado clave, fue un instrumento privilegiado en la época de Haendel, junto a otros instrumentos afines, como por ejemplo, el virginal o el clavicordio. Se lo consideraba el más idóneo para la enseñanza por sus posibilidades técnicas y porque, como instrumento solista, no requería de nadie más para su práctica. Haendel, atento a las necesidades de este mercado embrionario, escribió muchas piezas para el estudio del clave, las que fueron publicadas en dos ediciones bajo el título de "suites". La pieza que escuchamos, en versión orquestal, corresponde a la suite en re menor, su cuarto movimiento, sarabande, utilizada de manera prominente por Stanley Kubrik en su film "Barry Lyndon". El video está construido con imágenes de la película.




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