Al contrario que la mayoría de los nocturnos, este no poseía dedicatoria o al menos esta es desconocida.
La composición incluye una línea ininterrumpida de tresillos de corchea en el conjunto de la mano izquierda contra una melodía lenta de la mano derecha. Se compone de 57 compases a un ritmo andante de 69 pulsaciones por minuto.
A mi juicio es el mas bello y perfecto de todos los nocturno. Se percibe claramente la madurez del autor en la pieza. Es sin duda uno de los nocturnos mas tristes, aunque posee ciertos momentos donde se puede percibir unas modulaciones que varían el caracter de la obra, y le dan momentos de dinamismo y alegría, pero finalmente vuelve a esa oscuridad con la que empieza.
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